“Fomentar el deporte de acuerdo
con los más altos valores humanos,
de manera que favorezca el sano desarrollo físico
de quienes lo practican, y sea así una propuesta
para la formación integral de niños y jóvenes”.
El sábado 1 de agosto el Papa Benedicto XVI recibía a una representación de los participantes en el campeonato del mundo de Natación, desarrollado en Roma. He aquí un resumen, en forma de decálogo, de las palabras que dirigía a los deportistas sobre el sentido humano y cristiano del deporte:
1.- El deporte ofrece al mundo un espléndido espectáculo de disciplina y de humanidad, de belleza artística y de tenaz voluntad.
2.- El deporte conduce a la vitalidad de la juventud cuando no se rechaza el cansancio de los duros entrenamientos y se aceptan voluntariamente no pocos sacrificios, lo cual constituye una importante lección de vida.
3.- El deporte, practicado con pasión y vigilante sentido de la ética, se convierte, especialmente para los jóvenes, en escuela de sano espíritu competitivo, de formación humana y los valores espirituales, en medio privilegiado de crecimiento personal y el contacto con la sociedad.
4.- El deporte permite tomar conciencia de las grandes potencialidades con que Dios ha dotado al cuerpo humano. El deporte evoca el salmo 8, que canta la gloria y la grandeza del ser humano. ¡Cómo no dar gracias a Dios por haber dotado al cuerpo humano de tanta perfección, por haberlo enriquecido de una belleza y de una armonía que se pueden expresar de modos tan diversos!
5.- Las disciplinas deportivas, cada una en sus diversas modalidades, nos ayudan a apreciar los dones que Dios nos ha dado.
6.- La Iglesia sigue y atiende al deporte no solo como un fin en sí mismo sino también como un medio, como un precioso instrumento para la formación perfecta y equilibrada de toda persona.
7.- También en la Biblia encontramos referencias al deporte como imágenes de la vida. Por ejemplo, San Pablo lo considera como un auténtico valor humano, lo utiliza no solo como metáfora de los altos ideales éticos y ascéticos, sino también como un medio para la formación del hombre y como componente de su cultura y de su civilización.
8.- Los deportistas son modelos para sus coetáneos y su ejemplo puede ser determinante para el futuro de la humanidad.
9.- El mundo del deporte ha de subrayar la gran importancia ya que puede contribuir a favorecer la afirmación de los jóvenes en los valores importantes como la lealtad, la perseverancia, la amistad, la compartición y la solidaridad.
10.- El deporte, gracias a la difusión que de él hacen los medios de comunicación, ejercen un notable impacto en la opinión pública, dado que el lenguaje del deporte es universal y congrega en especial a las nuevas generaciones. Transmitir mensajes positivos a través del deporte contribuye, por lo tanto, a construir un mundo más fraterno y más solidario.
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